Pequeños adultos

Foto: El Espectador
Juegos, risas, inocencia, espontaneidad y alegría. Es eso lo que debería caracterizar la niñez. Los niños deberían estar en las escuelas aprendiendo, divirtiéndose con sus compañeritos o recibiendo el mimo de sus padres. Sin embargo, la realidad a la que nos enfrentamos diariamente es muy distinta. En las calles de nuestras ciudades hay 1 millón cien mil niños trabajando.

Seamos honestos, la situación de muchas familias colombianas es deplorable. Por lo menos la mitad de nuestra población es considerada pobre, y las personas se enfrentan a la difícil tarea de buscar medios para garantizar suplir con sus necesidades básicas. Es por esta razón que muchos adultos obligan a sus pequeños a trabajar. Saben que entre más miembros de la familia ganen dinero, mayores son sus posibilidades de acceder a aquello que necesitan.

Casi el 10% de los niños colombianos se dedica a alguna actividad laboral. En nuestra ciudad hay 27 mil niños trabajando. Barranquilla, a lo largo de los años, ha sido una de las ciudades con mayores tasas de trabajo infantil. Dichas cifras han disminuido, sin embargo, todavía hay muchos niños en las calles, buscando alguna forma de llevar unos pesos extra a sus casas.

Chicles, frunas, galletas griegas. Cuántas veces no vemos a niños y niñas de diversas edades ofreciéndonos productos como estos. Otros, laboran como empleados domésticos.  Estas son, al mismo tiempo, las áreas en dónde más pequeños trabajando se encuentran y dónde mayormente se vulneran los derechos de la niñez.  La agricultura es, también, otro de los sectores en dónde se encuentra un alto número de chiquitos empleados.

En el país, hay 25 ciudades que están asociadas al proyecto Ciudades Prósperas para la Niñez y los Adolescentes, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Barranquilla es una de ellas. Ojalá se establezcan condiciones óptimas para que, en realidad, se haga efectivo el cumplimiento de los derechos de todos los niños de nuestra ciudad.

Mientras la pobreza no disminuya en Colombia es muy complejo vislumbrar un panorama alentador. La educación es, quizás, una de las vías más efectivas para procurar que se den oportunidades más favorables y una mejor condición de vida para todos los ciudadanos.

En nuestros niños está el futuro. Se necesitan acciones correctivas para que sus derechos sean garantizados. Los adultos necesitamos tener un mayor nivel de conciencia y comprender que cada etapa de la vida es maravillosa, y debemos apoyar el que los pequeños crezcan en ambientes favorables y puedan disfrutar de acuerdo a su edad. Es compromiso de todos el que ellos puedan seguir siendo niños y no pequeños adultos.

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