Así no hay quien viva

Foto: El Universal

Bandas criminales, sicariato, atracos, intolerancia. Parece que, cada vez más, las páginas de los medios que informan sobre Barranquilla se llenaran de noticias siniestras. Sin embargo, todo esto no es más que el real reflejo de la inseguridad que azota a nuestra ciudad.

Paralelamente al auge que está teniendo Barranquilla como ciudad que invita a la inversión, la inseguridad se vuelve cada vez más presente. La intranquilidad de caminar por las calles, porque uno puede ser victima de algún atraco. El miedo de estar dando vueltas a altas horas de la noche, porque también pueden robarnos. La imposibilidad de sacar dinero en el banco, porque pueden estar esperándonos para quitarnos la plata a la vuelta de la esquina. La angustia de que nos hagan un paseo millonario en un taxi, que antes parecían ser solo historias que se desarrollaban en Bogotá. La desazón de que alguien nos acuchille mientras esperamos tomar el transporte público porque les llamamos la atención o estamos en desacuerdo con su comportamiento.

Muchos buscan darle explicaciones a la insoportable situación. Algunos afirman que se debe al gran número de desplazados, a la falta de educación, a la pobreza y al hambre que rondan las calles barranquilleras. Sea cual sea la razón, lo que queda claro es que alguien debe apersonarse del asunto, para que situaciones así no se sigan repitiendo. No tiene ningún tipo de sentido que la Alcaldía y la Gobernación se vanaglorien con los supuestos aciertos durante las gestiones de los mandatarios, si la realidad en las calles es distinta. El diario vivir refleja que de ciudad segura, Barranquilla no tiene nada.

¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Hasta cuándo se tomarán las medidas necesarias para garantizar que los barranquilleros podamos vivir en paz? ¿Dónde están los gobernantes y las autoridades? ¿Qué medidas efectivas se están tomando al respecto? Por momentos, pareciera que Barranquilla se ha vuelto una ciudad en dónde la ley y el orden no existen. Ya no le hace justicia a su bien consabido título como el mejor vividero del mundo. Con miedo e inseguridad, así no hay quien viva.