¿Una nueva Intendencia Fluvial?


Se nos ha dicho que buscan restaurar y volver a darle vida a la Intendencia Fluvial, que se desarrollará el proyecto en el marco del aniversario de los 200 años de Barranquilla; y no podemos, como ciudadanos con gran sentido de pertenencia y amor por nuestra ciudad, evitar soñar un poco con la posibilidad de que realmente esta sea una obra estupenda, la que todos deseamos. Vemos el mapa del proyecto y pensamos ¿porqué no? Pero en el fondo a todos nos preocupa lo mismo, que la Intendencia Fluvial sea una excusa para que algunos tomen partido y que a la final sea un proyecto terminado a medias, mediocre, que se prolongue por años y que su presupuesto se eleve a las alturas, para terminar costando mucho más de lo que inicialmente se planteó.


Por más que queramos, la historia reciente no nos permite creer que esta vez será diferente; ya hemos mencionado antes en nuestro blog lo que ha ocurrido con proyectos en la ciudad y a decir verdad, no estamos satisfechos. Con respecto a este, han anunciado que una vez remodelada, la Intendencia Fluvial y el sector que la rodea, se conocerá como la Plaza Grande del Río Magdalena, que costará 5.300 millones y que se estaría entregando en diciembre del 2013. Pero sabemos lo que esto significa: el costo se multiplicará como pasó con Plaza de la Paz; se demorará, y se demorará, y se demorará como pasó con la Piscina Olímpica y quizás hasta se inaugure incompleto como pasó con la Avenida al Río, o en el mejor de los casos, que el proyecto se entregue a tiempo y que su presupuesto no termine siendo mayor, pero que con el paso del tiempo se descuide y termine necesitando una vez más, otra remodelación.


La pregunta es ¿qué hacemos? Y la respuesta, por supuesto no es que no construyamos, debemos procurar construir y reconstruir es necesario; nos corresponde restaurar la Intendencia Fluvial, así como también el recuperar los parques de la ciudad, los espacios deportivos, el espacio público. Pero las personas y entidades encargadas de los proyecto deben ser diligentes y transparentes, no pretender que no notamos la mediocridad y la negligencia que cada vez nos aleja más de creer que se puede volver a ser la Puerta de Oro de Colombia.

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