¿Qué pasa con la falta de planeación con las obras en Barranquilla?


El Heraldo
Nos preocupa la manera en la que los barranquilleros y atlanticenses estamos “construyendo” ciudad.  Sabemos que Barranquilla es una ciudad que ha crecido mucho y se ha desarrollado con los años sin partir de una verdadera planeación; es por eso que, desde un principio y aún al llegar el siglo XXI se le daba la espalda al río Magdalena; así mismo, es la razón por la que los barranquilleros sufrimos cuando llega la temporada de lluvias, ya que la ciudad queda completamente paralizada por los temidos arroyos; y de igual manera, es la causa de que no existan calles, puentes, avenidas, parques, boulevares, plazas, etc. que realmente nos convenzan a los ciudadanos de que vivimos en una metrópolis. 

Este modus operandi del barranquillero se puede apreciar, no sólo en la ciudad misma, sino en las obras y proyectos que la componen, ya que estos, aún cuando se logran llevar a cabo, dejan un sabor amargo y una insatisfacción en todos.  ¿Ejemplos? Desafortunadamente hay muchos y la lista sigue creciendo.  En su mayoría, los proyectos en la ciudad, siguen casi al pie de la letra el mismo patrón o, por lo menos cumplen con alguna de las condiciones: las obras se demoran mil años en concretarse, se entregan incompletas y terminan costando mucho más de lo que se tenía proyectado.  Suena familiar, ¿no? 

Diario ADN
Recordemos el esperado Transmetro, ¿Cuánto tiempo tomó que se construyera esta fase inicial? No han pasado ni siquiera cinco años desde que entró en funcionamiento y ya los concesionarios atraviesan una crisis económica que ha provocado el cese de sus operaciones, que a su vez ha afectado a sus 100 mil usuarios.  Tenemos el ejemplo de la Piscina Olímpica, una remodelación que costó $3.700 millones de pesos, pero que un año después de haber sido “inaugurada”, no estaba lista para los deportistas: sin las adecuaciones de movilidad, el cerramiento de seguridad, ni su sistema de alarmas. 

La lista no termina, en ella también está incluida la recientemente remodelada Plaza de la Paz Juan Pablo II, en la que no sólo se demoró su entrega, sino que inicialmente iba a costar 4.192 millones de pesos y al final terminó costando 10 mil millones de pesos; lo mejor de la historia es que no ha pasado un solo mes de su inauguración y ya está llena de grafitis.  La misma situación se vive con la Pista Atlética del Metropolitano, han pasado más de dos años que no se cuenta con este escenario deportivo y ni siquiera se tiene una fecha límite de entrega. 

¿Hasta dónde puede llegar el desorden y la falta de planeación en el departamento y en el Distrito? Todo esto sin mencionar las obras que, como el Coliseo Cubierto, una vez se construyeron y fueron de gran estima y orgullo para los barranquilleros, pero que se descuidaron con el tiempo y que hoy se encuentran en total abandono. 

Estos son sólo algunos ejemplos, seguramente de continuar investigando se podrán encontrar más, pero son suficientes para hacernos ver que sí existe un patrón lamentable, en la manera en la que pretendemos “construir” ciudad, que realmente entristece a aquellos que queremos disfrutar de una ciudad diferente, con espacios agradables en los que compartir y que nos llenen de alegría los 365 días del año y no solamente en los Carnavales.

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