El Heraldo |
Este modus operandi del barranquillero se puede apreciar, no sólo en la ciudad misma, sino en las obras y proyectos que la componen, ya que estos, aún cuando se logran llevar a cabo, dejan un sabor amargo y una insatisfacción en todos. ¿Ejemplos? Desafortunadamente hay muchos y la lista sigue creciendo. En su mayoría, los proyectos en la ciudad, siguen casi al pie de la letra el mismo patrón o, por lo menos cumplen con alguna de las condiciones: las obras se demoran mil años en concretarse, se entregan incompletas y terminan costando mucho más de lo que se tenía proyectado. Suena familiar, ¿no?
Diario ADN |
La lista no termina, en ella también está incluida la recientemente remodelada Plaza de la Paz Juan Pablo II, en la que no sólo se demoró su entrega, sino que inicialmente iba a costar 4.192 millones de pesos y al final terminó costando 10 mil millones de pesos; lo mejor de la historia es que no ha pasado un solo mes de su inauguración y ya está llena de grafitis. La misma situación se vive con la Pista Atlética del Metropolitano, han pasado más de dos años que no se cuenta con este escenario deportivo y ni siquiera se tiene una fecha límite de entrega.
¿Hasta dónde puede llegar el desorden y la falta de planeación en el departamento y en el Distrito? Todo esto sin mencionar las obras que, como el Coliseo Cubierto, una vez se construyeron y fueron de gran estima y orgullo para los barranquilleros, pero que se descuidaron con el tiempo y que hoy se encuentran en total abandono.
Estos son sólo algunos ejemplos, seguramente de continuar investigando se podrán encontrar más, pero son suficientes para hacernos ver que sí existe un patrón lamentable, en la manera en la que pretendemos “construir” ciudad, que realmente entristece a aquellos que queremos disfrutar de una ciudad diferente, con espacios agradables en los que compartir y que nos llenen de alegría los 365 días del año y no solamente en los Carnavales.
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